Y yo no quiero. No quiero volver a sentir sus celos, sus intromisiones, su necedad, sus deseos de hacerme de su propiedad privada. Sus traumas infantiles son mayores que los míos, la verdad, debería alejarme de él completamente, pero no pude cambiar de número telefónico. Cuando me va a ver al trabajo me molesta, los comentarios comienzan a cernirse a mis espaldas, sé que rumoran sobre lo que hago o dejo de hacer. No puedo volver con mi novio, pero lastimosamente no he podido dejarlo del todo. Debería bloquearlo de todos lados. No puedo.